VIAJE A MACEIÓ Y SALVADOR DE BAHÍA - AGOSTO DE 2018

En Agosto de 2018, mi esposa y yo realizamos un viaje que habíamos soñado desde hacía mucho tiempo: el nordeste brasilero. Después de deliberar durante algunos días, sin saber si comprar los vuelos o no, al final nos decidimos. Compramos pasajes y alquilamos los hoteles, y allá fuimos!

Personalmente, este fue mi primer viaje en avión. Y la ansiedad y el nerviosismo se fueron acrecentando día a día. Y debo confesar que el miedo también...

Días anteriores al viaje, el viaje ya había comenzado. Comenzó cuando lo estábamos preparando, cuando nos familiarizábamos con los mapas, cuando preparábamos las valijas.


Partida



El día 17 de agosto tomamos, a las 7:15 hs, el colectivo hacia la ciudad de Córdoba. Al llegar a la terminal, compramos la tarjeta del aerobus que nos llevó hasta el aeropuerto. A las 12 hs ya habíamos realizado el check-in en Azul, y esperamos algo de una hora para abordar.  A las 15 hs ya estábamos en el aire.


Aeropuerto Ing. Ambrosio Taravella


Nuestro avión

Contentos!


La primera escala fue en Porto Alegre, a donde llegamos a las 16:40 hs. Fue una sensación única ver, desde arriba, esa ruta que siempre hacemos en auto. El puente de Porto Alegre, y el famoso "rulo" que hay que hacer para tomar la Freeway... Fue increíble! 

Al aterrizar y recoger la valija, tuvimos que ir a hacer el trámite a la terminal 2, para lo cual sale un colectivo gratuito desde la terminal 1. Como novatos que  éramos, hubo una confusión con el tema del traslado de la valija entre las terminales, y pensamos que la habíamos perdido! Pero luego nos dijeron que ésta ya había ido directamente al avión, luego de lo cual volvimos a respirar... 

En el aeropuerto de Porto Alegre hicimos un pequeño y simple almuerzo. Un par de sandwiches y dos bebidas por 35 R$.

Después de una espera de 4 horas, continuamos hacia la segunda escala: São Paulo. Más precisamente, al aeropuerto de Campinas. Esta vez, la espera para el tramo final fue menor. El aeropuerto de Campinas es realmente una belleza. Muy limpio, grande y moderno. El trámite aquí fue rápido, y no podíamos perder mucho tiempo. En dos horas debíamos estar ya en el avión nuevamente. Gracias a Dios, logramos hacer todo sin problema.

A las 24 hs ya estábamos nuevamente en vuelo, rumbo a Maceió. A las 2:30 hs de la mañana, aterrizamos en el aeropuerto Zumbi dos Palmares, que a esa hora estaba prácticamente desierto. Sin wifi, sin celular para comunicarnos con el hotel, sin poder llamar a un Uber, al final regateamos un taxi, que nos terminó cobrando 60 R$. La verdad es que nos sentíamos más seguros en el avión que en el taxi!!! Iba a 10.000 por hora el desgraciado!!!

Nuestro horario de entrada al hotel era a partir de las 12 hs. Por suerte, conseguimos que nos dejaran entrar antes. Dios estuvo en todo.








El hotel elegido es el Reymar Express. Nos pareció excelente. Habitación amplia, uno de los mejores "café da manhã" que experimentamos (si no el mejor), ubicación bien frente al mar. Y sí... fue mi esposa quien lo eligió. Al instalarnos en la habitación, sentimos algo único. Un sueño hecho realidad. Ya estábamos allí.


Recorriendo Maceió

Ese mismo día, 18 de agosto, nos levantamos bien temprano, desayunamos como desaforados, y fuimos a caminar y conocer. Y por supuesto, a meternos al mar. Ese día, como todos los días, estuvo despejado y caluroso, aunque el calor era soportable. Maceió tiene un promedio de temperatura anual de aproximadamente 24ºC, todos los días del año. Un clima ideal. Amanece súper temprano, y ya a las 5 y media de la mañana se ve gente haciendo ejercicios en la playa. Llama mucho la atención la cantidad de actividad física durante todo el día, todo el tiempo. Ya hasta lo hace sentir mal a uno...! Aunque nosotros hemos caminado muchísimo, aprovechando que estábamos los dos solos. Algunos días caminábamos cerca de 12 km diarios.

Esta vez caminamos hasta la praia de Ponta Verde, cerca del faro, que dista más o menos 3,5 km del hotel. La costanera es hermosa, de punta a punta. Hay restaurantes y puestos de comida, ciclovías, aparatos para hacer ejercicios, muchos árboles, seguridad... 

Al volver, ya estaba oscureciendo. Aún así había muchísimo movimiento en toda la costanera. Cenamos en el restaurante Carlitos, y quedamos enamorados de las lámparas que adornaban el lugar. Si hubiéramos podido comprar algunas iguales... pero iba a ser mucho equipaje para llevar en el avión. Esa cena nos costó 68 R$, valor que se mantuvo aproximado cada vez que comíamos afuera.














 
El restaurante de Carlitos

 



Praia do Francês y Gunga


El 19 de agosto contratamos una excursión hacia praia de Gunga (50 R$). Lo único malo de las excursiones, es que te pasan a buscar re temprano. Madrugamos a las 6:30 hs... Es que allí ocurece muy pronto, y la gente aprovecha cada minuto de sol. Como dije antes, muchos ya están corriendo a las 5:30 hs. 

La combi pasó a buscarnos tipo 7:45 hs. En el trayecto, fue recolectando más pasajeros por diversos hoteles. Primeramente, nos dirigimos a Praia do Francês, en donde lamentablemente sólo pudimos sacar un par de fotos. Es un lugar que nos encantó, y nos hubiese gustado quedarnos más tiempo. En fin, después de recorrer brevemente a pie, subimos nuevamente a la combi, y seguimos hacia Barra de São Miguel, en donde abordamos un barco que nos llevó hasta unos arrecifes de corales (80 R$ para los dos).

Luego de visitar el arrecife de coral, el barco nos dejó media hora en un banco de arena en el mar, donde nos bañamos y tomamos un poco de sol. El tiempo es siempre muy escaso, algo que no me gustó de estas excursiones. Te llevan a muchos lugares, pero en cada uno se está poco tiempo... 

Finalmente llegamos a la Praia do Gunga. Aquí nos quedamos un buen rato. Contratamos el paseo en buguie (90 R$ para los dos), que estuvo buenísimo. Éste nos llevó a conocer unos farallones increíbles, a 5,5 km de distancia. Después de realizar un montón de poses fotográficas muy ridículas, orquestadas por el conductor del buguie (creo que se quería burlar de nosotros...), fuimos a visitar una laguna de agua dulce, ideal para nadar.

















Al regresar con el buguie al punto inicial, en la playa, nos quedamos allí disfrutando de la tarde, hasta que se hiciera la hora de volver al hotel.

Luego de bañarnos y descansar un rato, fuimos a cenar a un lugar muy copado, llamado Parmeggiano. Cena para dos: 69 R$.




 
20 de agosto: encuentro con mi amiga Cláudia y su sobrina Caroline.

Por fin, después de tanto tiempo charlando por internet y whatsapp, el encuentro se dio! Me encontré con Cláudia, que fue desde Coururipe junto a Caroline. Con ellas fuimos a pasar el día a la praia de Pajuçara. Nos encontramos en el hotel y tomamos un Uber hacia la playa (12 R$). Juntos pasamos una tarde muy linda, charlando, comiendo y bañándonos... bueno... Cláudia no se metió al mar porque mucho no le gusta. Caroline tenía ganas de meterse, pero Cláudia no le hizo llevar traje de baño... juaaaa!





Cláudia probando el mate



Trayendo los lentes de sol Ray Ban que encontré en el mar











Gracias Cláudia por los libros que me regalaste!!! (O Meu Pé de Laranja Lima y O Pequeno Príncipe)

Cuando ya nos quedamos solos con Estefi, fuimos a la feria de artesanato para comprar algunas cositas. Probamos luego la tapioca y yo compré mi primer açai!!


Conociendo Hibiscus


Al día siguiente, volvimos a contratar otra excursión. Esta vez para Hibiscus, que nos cobró 50 R$ para los dos. Un lugar precioso! Llegado al destino, hay que pagar una entrada, porque se trata de un condominio privado. Cuando entramos, vimos un sector dentro de una cerca, con hamacas paraguayas, sillones, mesas, espectacular!! Así que allí nos instalamos cómodamente. Yo veía que muchos nos miraban medio raro y no era para menos, porque al rato llegó un chico a decirnos que para estar ahí había que pagar 100 R$. O sea, lo privado dentro de lo privado. Chau, nos levantamos y fuimos para el sector de los pobres, juaaaaa!! Pero ya nos habíamos sacado algunas fotos... tomá pa vo'.



Acá, en el lugar más vip de la playa...



"Sacá rápido la foto que ahí nos vienen a echar..."














Verdaderamente hemos pasado un día espectacular! Un día precioso en un lugar precioso. 

A las 15:45 hs retornamos al hotel, y en pleno trayecto Estefanía se dio cuenta de que había olvidado su tarjeta de débito en la caja donde pagamos la bebida que tomamos en la playa. Gracias a Dios, la gente allí es buenísima, e hizo todo lo posible para que podamos recuperarla. Al otro día, alguien de la empresa se encargó de que la llevaran a otro puesto de combis en la costanera, y allí fuimos a buscarla. Los brasileros son lo más...

Unas horas más tarde de llegar al hotel, tomamos un taxi hasta el shopping Parque Maceió. No sé si habrá sido por la hora o qué, pero el tránsito era un verdadero infierno. Jamás vi algo así. Ni en Buenos Aires. Pero no me importó, porque el conductor era otro...

En el shopping, que era uno más (nada extraordinario) compramos paquetes de café (entre otras cositas), y cenamos tranqui.


São Miguel dos Milagres: Un paraiso


Una última excursión nos esperaba al día siguiente. A 90 km hacia el norte de Maceió, se encuentra São Miguel dos Milagres. Se trata de un pueblito chiquito, bastante humilde. Su playa es muy bonita y allí se puede visitar un arrecife de coral, en el cual hay millones de peces de colores que se pueden apreciar con snorkel. El agua es muy clara y panda en ese lugar. El transporte hacia esas piletas naturales nos costó 90 R$, pero no tiene desperdicio! Fue lo primero que hicimos al pisar la playa. Luego, ya nos quedamos a comer y caminar por la orilla. Un momento de plena paz y sin preocupaciones.













Comiendo la "fruta do conde"


Tefi estacionando el bote...


Un pedazo de coral, que ahora está en casa

A las 15:45 hs abordamos nuevamente la Van y regresamos al hotel. Mientras íbamos en viaje, los coordinadores arreglaban el tema de la tarjeta de débito, para organizar el lugar donde buscarla. Así que al llegar a la ciudad, en lugar de bajar en el hotel, seguimos un tramo más hasta donde estaba el otro puesto de Vans. Una atención impecable por parte de todos! 

Aprovechando la nueva caminata me compré otra zunga y, por recomendación de mi amigo Márcio, le dimos otra oportunidad al agua de coco, que (según él) ahí era más dulce... pero no... no hay caso... no nos gustó...

Después de un baño en el hotel, a la tardecita, y ya re cancheros con el sistema Uber, nos fuimos (también por recomendación de Márcio) al restaurante Casa da Mainha. Y debo decir que aquí no se equivocó. Es un lugar muy copado, con buffet libre y por kilo. Tiene de todo! Por 82 R$ comimos a reventar!

En Casa da Mainha

Salvador de Bahía


23 de agosto, nos vamos a Salvador de Bahía!!!

Al mediodía del 23, salía nuestro avión a Salvador. Después del desayuno, pedimos otro Uber hacia el aeropuerto. Llegamos al hotel Beachfront como a las 14:40 hs. Este hotel, como muchos edificios de Salvador, ha sido seguramente una casa. Es una construcción muy antigua pero muy bien cuidada. Muy pintoresca y con ornamentos típicos de la zona. Contrasta fuertemente con el hotel de Maceió, y en realidad las dos ciudades son muy diferentes en todo concepto. 

Salvador de Bahía, la primera capital de Brasil, es un lugar en el cual se camina por la historia misma. El casco histórico es impresionantemente atractivo y pintoresco. La parte más moderna de la ciudad es bellísima. Se ve muy limpia y ordenada en todas partes, por lo menos en las que anduvimos.

En el aeropuerto de Salvador

Yendo hacia el hotel






Sector de comedor en el hotel

Nuestra habitación
 


La vista desde nuestra habitación

Ese primer día en Salvador, luego de alojarnos en el hotel, fuimos a caminar y conocer un poco. Conocimos la playa y luego visitamos el fuerte Santa María (que se ve en la foto de arriba). Durante la noche, este fuerte es iluminado mediante un proyector de imágenes que van variando. Un hermoso espectáculo.

La zona en donde se encuentra el hotel, da para la Bahía de Todos los Santos. La mayoría de las construcciones son antiguas y muy coloridas, como es propio de Salvador (y de Brasil en general). Murales y grafittis adornan la mayoría de las paredes, lo que invita a transitar a paso lento por esas calles.

A la noche cenamos en un restaurante que se encuentra a metros del hotel. Allí conocimos algunas personas muy copadas, con quienes nos entretuvimos charlando mucho. Roberto, brasilero, amante de los viajes (como todos nosotros); Liliane, brasilera que vive en Estados Unidos y estaba de vacaciones; y Alex, estadounidense y esposo de Liliane. Alex hablaba sólo inglés, así que puse un poco en práctica ese idioma. Había también dos mujeres brasileras, cuyos nombres no logré registrar, pero también se sumaron a la charla. Podríamos decir que fue una charla verdaderamente intercultural!

Después de intercambiar números de whatsapp, nos despedimos y volvimos al hotel.





















Fuerte Santa María

Acá, llena de preocupaciones...

Desde la izquierda:Yo, Liliane, Alex, Estefi y Roberto.



El día 24 no nos levantamos muy temprano. Recién a las 8:30 hs... je je je... Es que ya no contratábamos más excursiones (por ahora). Fue una jornada tranquila, hicimos playa en Praia do Farol, luego de querer subir al faro. No subimos porque nos pareció un poco caro. 


Volviendo caminando hacia el hotel, tomé estas fotos del fuerte iluminado:





Enseguida nos tomamos un colectivo (es re fácil manejarse en colectivo, y barato...) hacia Rio Vermelho. En un ratito ya estábamos allá. Un lugar precioso, con mucho movimiento nocturno, mucha juventud, restaurantes, música por todos lados... 




Por las calles del Pelourinho


Al día siguiente llegó el momento de conocer el famoso Pelourinho, postal de Salvador de Bahía!!! Nadie puede ir a Salvador sin conocer este hermoso y mágico lugar. Sería un gran error! La historia de Brasil pasa por cada una de sus calles angostas, por su Mercado Modelo, por sus iglesias, por cada uno de sus balcones... 

El Pelourinho fue nombrado Centro Cultural Mundial y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sus coloridas construcciones bien conservadas, de estilo colonial y barroco, atraen turistas del mundo entero.

El tiempo vuelve hacia atrás cuando se está allí. Las negras baianas, la gente en general, los restaurantes que se arman en casas viejas (como si uno fuera invitado a comer en una casa de familia), hacen que este lugar sea único.









Probando el acarajé






El balcón de Mike




El Pelourinho fue el lugar elegido por Michael Jackson para grabar su video "They don't care about us". En el la casa celeste, sobre cuyo balcón aparece Micheal, hay una loja que vende camisetas y otras cositas. Con una compra mayor a 5 R$ te dejan subir a dicho balcón para sacarte una foto. 

También fue éste el lugar elegido para diferentes escenas de la película "Capitães da Areia", basado en el libro homónimo de Jorge Amado. Y hablando de este escritor, se encuentra en el Pelourinho la Fundación Casa de Jorge Amado, un museo fascinante en donde se puede recorrer toda su vida, el cual obviamente visitamos y cuyas fotos se pueden encontrar más abajo.

Al anochecer de ese día, buscamos un lugar piola para cenar, y terminamos comiendo casi en el medio de la calle... Sí, la mesa nuestra estaba puesta así, y además un poquito en declive. Eso sí... los mejores camarones que comí hasta ahora!


Ilha dos Frades e Itaparica


El día 26 contratamos una excursión a Ihla dos Frades e Itaparica (100 R$ para los dos). El viaje en el barco fue bastante largo, pero entretenido. Partió de un muelle que está pegado al Mercado Modelo, en el Pelourinho. Lo que no me gustó de esta excursión, es el poquito tiempo que se puede estar en cada lugar. Estar pendiente del tiempo cuando uno va a conocer, es algo que no va con nosotros. Sobre todo cuando el tiempo empleado para llegar es tan largo. Los lugares que conocimos están buenísimos, pero uno no se termina de relajar...









 

Durante el viaje, un grupo musical le puso onda a la travesía, mientras una negra baiana servía diferentes tragos (que no eran gratis).

A las 11 hs llegamos hasta la Ilha dos Frades, en donde nos quedamos un par de horas. Se dice que el nombre de esta isla, se debe a la mala fortuna de unos frailes que llegaron allí, con la idea de evangelizar a los indígenas del lugar en la época de la conquista. Lo que estos frailes no sabían, es que esos indígenas eran caníbales... Por lo menos les quedó el recuerdo en el nombre de la isla...

Apenas para recorrer un poquito y bañarnos en el mar. Allí conocí a una mujer francesa, cuyo nombre creo que era Corine... No hablaba portugués, así que en un momento tuve que servirle de intérprete francés-portugués. Una situación bastante nueva para mí...

Al llegar a la isla, tuvimos que pasar del barco a un bote, porque eran aguas muy pandas, y el barco no podía llegar al muelle. Desde el muelle a la isla, hay un corredor bastante largo hasta la isla. A los costados del mismo, incrustaciones de caracoles formaban figuras varias: estrellas de mar, hipocampos, cangrejos, etc...


El muelle de fondo.

Mirador - Ilha dos Frades

La playa en Ilha dos Frades



Después de dejar Ilha dos Frades, nos dirigimos hacia Itaparica. Ese era el lugar para almorzar. El lugar está fantástico! El mar allí es súper pando, y se puede caminar muchísimo sin que el agua pase de la cintura.





Con Corine
Igual que en Ilha dos Frades, aquí estuvimos sólo un par de horas... Luego del largo viaje de vuelta, llegamos al hotel a las 18 hs para bañarnos y salir a cenar.


El Pelourinho nos gustó tanto que el paseo que habíamos hecho un par de días atrás nos supo a poco. Así que el día 27 volvimos allá, y de paso fuimos a recorrer el gigantesco Mercado Modelo, en la parte baja. Es increíble la cantidad de lojas de todo tipo que se puede encontrar ahí. Mucha, mucha gente también. 

En esta ocasión, aprovechamos además para entrar a la Fundación Casa de Jorge Amado, de la cual hablé más arriba. Al final del recorrido, compramos dos libros del autor. Yo me compré Capitães da Areia, que está excelente! Sobre todo cuando lo lees después de haber estado en Salvador de Bahía, lugar elegido para la ambientación de la obra. Recomiendo su lectura y -a pesar de que la película de 2011 corta muchísimas partes- ésta está bastante lograda.



Máquina de escribir de Jorge Amado, y borradores originales.

Borradores con correcciones de Zélia Gattai, su esposa.


Hermosa postal

A la derecha, el elevador Lacerda.

Para ir hasta el Mercado, tuvimos que bajar por el elevador Lacerda, para lo cual se paga 1 R$. Este elevador, que data del año 1873, conecta la "Ciudad Alta" con la "Ciudad Baja".
Por supuesto, en el Mercado Modelo compramos adornos y recuerdos, sino para qué vamos... Después de mucho caminar, nos empezó a agarrar hambre. Así que emprendimos la búsqueda de un lugar que nos ayudara a salvar este problema (tomá pa vo'!).

Volvimos a tomar el elevador y nos perdimos en las callecitas del Pelourinho, hasta encontrar un restaurante chiquito, que en realidad era como una casa de familia. Porque en verdad, era como estar comiendo en una casa en el siglo XVI, y así se sentía mientras mirábamos pasar la gente por la estrecha calle, a través de la ventana. Allí, realmente, el tiempo retrocedió cientos de años... Y la comida, es-pec-ta-cu-lar!!! Todo casero!

Finalmente, volvimos en colectivo al hotel como a las 18 hs.

El día 28 de agosto fue el último día para conocer algo más. A la mañana siguiente debíamos volver a nuestro país. Como el avión salía a las 3 am, y dado que debíamos dejar el hotel a las 10, se nos ocurrió buscar otro hotel bien barato como para dejar el equipaje y poder disfrutar de ese último día, pues de lo contrario debíamos esperar todo el tiempo en el aeropuerto. Gracias a Dios, que siempre nos ayuda, conseguimos uno ahí nomás, cerquita de donde estábamos. 

Así que aprovechamos y nos tomamos un colectivo a Rio Vermelho, para visitar la casa en donde vivió Jorge Amado hasta el fin de sus días. Es una casa grande, con un patio muy generoso. Allí se respira arte y cultura en cada rincón, pues Jorge Amado era amante de los viajes (recorrió más de 90 países), y por supuesto la casa estaba llena de recuerdos de todo el mundo. Como era amigo de muchísimas personalidades famosas de todos los rubros, también tenía objetos obsequiados por aquellos. Tuvo una vida sumamente intensa, digna de admiración. Este es otro punto altamente recomendable para visitar!


Jorge Amado era fanático de los sapos...

... y abrazó la religión Candomblé.


En cada lugar que vivía, tenía una máquina de escribir.








Después de tan grata visita, volvimos al hotel. Hicimos playa un par de horas, en la única tarde nublada de nuestra estadía. Y esa fue nuestra despedida de Salvador de Bahía. A la noche pedimos un Uber para ir al aeropuerto.


Despidiéndose del mar




El trayecto de vuelta fue el mismo. Desde Salvador fuimos hasta São Paulo, de allí hasta Porto Alegre, y por fin a Córdoba. En el viaje desde São Paulo a Porto Alegre, viajamos (sin saber) en el mismo avión que Bolsonaro. Nos enteramos cuando llegamos al aeropuerto y había gente que le quería sacar fotos...

Ya llegados a Córdoba, la esposa de mi cuñado nos fue a buscar. Posteriormente nos llevó hasta la terminal, en donde tomamos el colectivo hacia Río Cuarto, concluyendo así un viaje soñado. Siempre le doy gracias a Dios por permitirnos estas cosas que nos enriquecen el alma. 

Hasta el próximo viaje!!!

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