Lujan de Cuyo y Termas de Cacheuta - Julio de 2019

En julio de 2019 hicimos este viaje familiar hacia Mendoza. Hemos pasados hermosos días en Lujan de Cuyo y en las termas de Cacheuta. 

Los integrantes: Estefanía, Martín (quien les habla), Sofía y Lucas.

Vehículo: Renault Scénic.

El trayecto:


El viaje comenzó el 10 de julio, a las 7:30 hs. El trayecto fue el usual: Río Cuarto, Va. Mercedes, San Luis, Mendoza. 

El viaje fue bastante tranquilo, parando para cargar gnc de vez en cuando. Llegamos a Mendoza a las 13 hs, un poco temprano como para ir a la casa que alquilamos, por lo que decidimos ir al parque San Martín para pasear y almorzar.

Difícil fue conseguir un lugar para sentarnos a comer, pero conseguimos lugar en un restaurante frente al lago. Eso sí, estuvimos esperando mucho tiempo para que nos traigan la comida. Pero como no había apuro, no había problema. 




Después del almuerzo, fuimos -nuevamente- al Cerro de la Gloria. Digo "nuevamente", porque ya habíamos ido en otras oportunidades, sólo que mis hijos eran muy chicos. Este es un lugar del cual uno no se cansa nunca.



Ya a las 17 hs emprendimos viaje hacia Luján de Cuyo, en donde estaba la casa que teníamos reservada. Un lugar altamente recomendable, seguro, cómodo, con hermosa vista hacia la cordillera, y súper bien equipada, como para que no haya que llevar nada más que las valijas. 

Algunas fotos del lugar:




TERMAS DE CACHEUTA


El día 11 a las 10:30 hs salimos rumbo al Hotel Spa en las termas de Cacheuta.  Ya habíamos hecho con anticipación la reserva para pasar el día allí, y después de haber conocido las instalaciones, verdaderamente vale la pena el sacrificio económico para hospedarse por lo menos un par de días. Nuestra estadía incluyó todo el complejo termal y el almuerzo. 


A lo que a las piletas se refiere, tuvimos acceso a la barro-terapia y sauna, y nos proveyeron de toallas y batas. En cuanto al almuerzo, fue sencillamente espectacular! Estilo buffet, tanto en la comida como en el postre. Sólo tuvimos que pagar las bebidas, que por cierto no son para nada costosas.


Recomiendo fuertemente este lugar, tanto por la calidad del lugar como por la atención.




Al abandonar el lugar, a las 18 hs, fuimos a echar un vistazo a la otra parte de las termas, las que no forman parte del complejo del hotel. No sé cómo será en primavera o verano, pero la verdad, mucho no nos gustó. Tal vez, haber ido primero al Hotel Spa nos puso la vara de la expectativa muy alta... Es cierto, es mucho más económico y se puede ir en grupos más grandes, y pasarla re bien. Hay muchísimos puestitos de venta, tanto de comida como de artesanías y regionales.

Al día siguiente, con mi esposa quisimos ir -obviamente- a visitar alguna bodega. Los chicos quedaron en casa. No querían saber nada. 

Infructuosamente, recorrimos varios caminos. Incluído uno que tomé por equívoco, y terminé haciendo algunos kilómetros por una calle de tierra totalmente destruída, que terminaba en un yacimiento de YPF. Ya había sospechado algo raro cuando vi que por ahí sólo circulaban chatas 4x4...

En fin, entramos unos minutos a la bodega Chandón, en donde no compramos nada, pero sí sacamos algunas fotos.




Sin poder haber visitado "oficialmente" una bodega ese día, nos fuimos a casa. A la tarde salimos todos a pasear por el centro de Mendoza. Allí nos encontramos con nuestro amigo brasilero Marcio, que hasta el día de hoy está viviendo en esa ciudad. Fue un lindo encuentro después de tanto tiempo sin vernos. Visitamos unas cavas, en donde encontramos un par de botellas interesantes (ver fotos más abajo). Aquí compramos algunos vinos (no los de las fotos...), y posteriormente fuimos a comer a un restaurante.






Al otro día intentamos nuevamente con las bodegas. Nos dirigimos primero a Bonfanti, pero como no había visitas guiadas en ese momento, nos cruzamos al frente, en donde se encuentra la bodega Minni. Allí sí, por fin, lo logramos. Una chica -empleada desde hace muchos años- nos hizo un tour bastante interesante en cuando a las explicaciones. Si bien casi todas las bodegas son parecidas, en cada una siempre hay algo nuevo. Allí sí compramos algunos productos, como vinos y aceite de oliva. 






Después de almorzar en casa, quisimos ir a pasear por Chacras de Coria, porque habíamos escuchado que era un lugar muy bonito, y que habría muchos puestos de artesanos. Pero al llegar nos enteramos de que la feria de artesanías tendría lugar al día siguiente. Así pues, nos dedicamos a pasear otra vez por el centro de Mendoza. 

El día 14 debíamos emprender el regreso a nuestra ciudad. La idea fue cargar todo en el auto, dejar la casa y quedarnos un par de horas en Chacras de Coria. Desde allí seguiríamos camino hacia Río Cuarto. 

El pueblito lugar nos pareció sencillamente hermoso. Mucha limpieza, tranquilidad, aire puro, gente haciendo ejercicio... En la feria artesanal que se montó en torno a la plaza, se podían encontrar de los objetos más variados. Desde elementos súper antiguos, hasta trabajos en cerámica de todos los colores.


Un viaje corto, de 1300 km, pero disfrutado de principio a fin. Hemos conocido lugares hermosos, sin inconvenientes de ningún tipo (salvo cuando me fui al yacimiento de YPF). Nos encontramos con nuestro amigo Marcio después de mucho tiempo, recorrimos, salimos a comer, nos relajamos. Gracias a Dios por todo eso.

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